Historia de la Costura: “La evolución de la industria textil”
Camila Alonso, Abril 2023
La industria textil ha experimentado una evolución significativa a lo largo de la historia, desde la producción manual de tejidos hasta la fabricación automatizada y la adopción de tecnologías digitales. En este artículo, exploraremos la evolución de la industria textil y sus impactos en la sociedad y el medio ambiente.
La confección de ropa se remonta a los primeros seres humanos que vivían en sociedades primitivas, como una necesidad básica para protegerse de los cambios de temperatura. Estas vestimentas se hacían a partir de pieles de animales y fibras vegetales, fabricándose de manera rudimentaria y se adaptaba a las necesidades de la época y del entorno en que se vivía. A medida que las sociedades evolucionaron, la confección de ropa se sofisticó, y se introdujeron nuevos materiales y técnicas.
En la Edad Media, la manufactura de ropa se convirtió en una actividad importante, especialmente en las ciudades donde se desarrolló la industria textil. Los gremios de tejedores y sastres comenzaron a formarse, y la producción en serie se convirtió en una práctica común. Durante este período, la moda empezó a cobrar importancia, y los diseñadores de moda comenzaron a crear prendas más elaboradas y sofisticadas.
Ya en el Renacimiento, la moda evolucionó aún más, y las prendas se hicieron más complejas y ornamentadas. Los textiles se volvieron más refinados, y se introdujeron nuevos colores y patrones. Mientras que en el siglo XVII, la ropa ya empezó a reflejar la posición social de las personas, y los trajes eran cada vez más elaborados y costosos.
A mediados del siglo XIX, la Revolución Industrial permitió que la confección de ropa se volviera mucho más eficiente gracias a la introducción de la maquinaria, lo que permitió la producción en grandes cantidades y a precios más bajos. Las fábricas textiles se convirtieron en un elemento clave de la economía de muchos países. Durante este período, la moda se transformó en un elemento importante de la cultura popular, y los diseñadores de moda empezaron a ganar reconocimiento y fama.
Sin embargo, en la década de 1920, con la introducción de fibras sintéticas como el rayón y el nylon la industria textil cambió para siempre. Estas fibras eran más económicas y resistentes que las fibras naturales, lo que permitió la producción de telas y ropa más duraderas y de menor costo.
Otro hito importante, ocurrió alrededor de los 60´ cuando las fábricas se trasladaron a países en vía de desarrollo, optando a costos de producción aún más bajos. Esta globalización de la industria llevó a la creación de cadenas de suministro internacionales y a la expansión del comercio internacional.
Durante el siglo XX, la confección de ropa se convirtió en una industria global, con la producción de prendas en países de todo el mundo. La tecnología ha permitido la creación de nuevos materiales y técnicas de fabricación, siendo la moda una industria en constante evolución y cambio.
No obstante, en los últimos años ha sido tan rápida la evolución de esta industria que se ha convertido en una de las más contaminantes. Debido a su alta demanda, sobreproducción y desechos post consumo. Aportando altos niveles de emisiones de gases de efecto invernadero, uso de agua y contaminación del agua y del suelo; mientras que la producción en masa ha llevado a condiciones laborales precarias y de derecho humano.
Por ello, hoy tenemos el desafío de reparar una industria tan esencial para nuestras vidas sin generar un impacto para las generaciones futuras, adoptando enfoques más sostenibles y éticos. Explorando con materiales de menor impacto medioambiental, reduciendo el uso de químicos tóxicos, y la cantidad de residuos textiles, además de optar por políticas más responsables en términos de derechos humanos y laborales.
Esto implica cambios en la forma en que se diseña y produce la ropa, así como en la forma en que los consumidores compran y desechan la ropa. Volver a elegir los oficios artesanales como la fabricación de ropa a medida, o la reparación de lo dañado; nos permitirían tener una industria más lenta, única y sostenible; dándonos el regalo de volver al origen.